Pascual Santos López





Joaquín Gómez Martínez, conocido en Cieza como el Gallego, era hijo del banquero e industrial del esparto Joaquín Gómez Gómez, nacido en Abarán y afincado en Cieza, que allá por el año de 1885 era dueño de una fábrica de picar esparto en el Camino del Molino, con un batán de 16 mazos movidos por fuerza hidráulica y una máquina de fabricar borras. En febrero de 1895 se casaba con Purificación, hermana de Diego Martínez Pareja, jefe del partido conservador y abogado, que llegaría a ser diputado provincial, juez municipal y alcalde de Cieza. Purificación muere joven el 17 de septiembre de 1911, a los 42 años, dejando atrás seis hijos: Pilar, José, María, Carmela, Joaquín y Purificación Gómez Martínez. El niño Joaquín Gómez partiría para Orihuela el 30 de noviembre de ese mismo año a continuar sus estudios en el Colegio de Jesús y María. Su tío, Diego Martínez Pareja, fallecía el 13 de febrero de 1923 a los 51 años.
El 20 de septiembre de 1925 también perdía a su padre con 80 años de edad y en 1934 encontramos a Joaquín Gómez contribuyendo ya con su nombre por 30 pares de mazos de picar esparto y 4 ruedas de hilar en el Camino del Molino. En los nueve años anteriores la empresa contribuiría con el nombre del padre. Al año siguiente, el industrial ya es alcalde de Cieza por el partido radical de Lerroux y mantiene un periódico en Cieza “El Radical”, que genera feroces disputas políticas con “El Luchador”. Corrían tiempos muy difíciles a punto de estallar la guerra civil. En la madrugada del 15 de junio de 1936 se declara un incendio en su fábrica y muchos vecinos ayudan a sofocar el fuego. Las causas del siniestro no se llegaron a conocer y las pérdidas fueron de unas 75.000 pesetas. Justo entonces es condenado a 20 años por conspiración para la rebelión, pero al acabar la guerra él se encontraba en el bando vencedor.
Desde 1940 la política autárquica franquista favoreció el aprovechamiento y transformación industrial de las fibras textiles naturales producidas en territorio nacional, sustituyendo a otras importadas. Lo que produjo la instalación y desarrollo de muchas industrias del esparto en las dos décadas siguientes. Joaquín Gómez no se quedaría atrás. En 1943 instalaba en Albacete una fábrica de picar esparto de 10 bandas de cuatro mazos cada una, con una producción de 1.500 kilogramos en jornada de ocho horas. Esta industria emplearía maquinaria y materias primas nacionales. Fábrica que volvería a reabrir en 1952 con una producción de 450.000 kilogramos al año, seguramente condicionada por la demanda y las sucesivas crisis de esta fibra. El picado del esparto y otras labores manuales, como el rastrillado, eran peligrosas e insalubres y se imponía la mecanización, por lo que Joaquín Gómez patenta una laminadora de rodillos en mayo de 1951 que sustituía a los mazos de picar y mejoraba la producción y el trabajo de las picaoras. Además, en 1955 ampliaba la industria de Cieza invirtiendo un millón de pesetas para comprar una rastrilladora mecánica y siete ruedas de hilar, estimando una producción de 750 kilogramos diarios. Al año siguiente sustituye otros cuatro rastrillos manuales por dos accionados por motor, con un costo de millón y medio. Ese mismo año de 1956 la empresa es ya sociedad anónima, Joaquín Gómez Martínez, S.A., y registra la marca “La Sirena” para distinguir toda clase de conservas vegetales que producía en su fábrica del Camino de la Estación, justo donde en la actualidad se encuentra el Mercadona y donde todavía se mantiene su chimenea, que está declarada por el Ayuntamiento de Cieza como Bien de Interés Cultural. La misma marca también la registraba para espartería en general. La crisis del esparto de finales de los cincuenta le pasaría factura, disolviéndose la sociedad en Madrid por Junta General Extraordinaria del 1 de diciembre de 1959.
Artículo publicado por Pascual Santos López en El Mirador de la Prensa el 29 de enero de 2021, p. 17.